Bolivia


Mi primer encuentro con Bolivia fue un poco rocoso. Cruce desde La Quiaca,
Argentina por el paso de Villazon, que es zona boliviana. Desde Villazon
hay dos formas de llegar a Uyuni, el que era mi destino, en tren o por
bus. El tren es lo más cómodo y directo pero el problema es que solo sale tres
días a la semana. En otro caso debes viajar en bus. El 'bus' es una micro con
ruedas de 4x4, extremadamente básico por dentro. Pero ese no era el problema,
me esperaba una gran sorpresa. El camino hasta Uyuni es extremo. Es de piedras,
rocas, tierra o ripios por algunos sectores pero principalmente la ruta es de
tierra/arena y está llena de hoyos. El viaje es un constante subir y bajar en
tu asiento. El tiriteo es continuo. Oh! mencioné que el viaje se hace de noche
y que la vía para Uyuni está entre montañas, quebradas y precipicios? Quizás ya
se imaginaron que tampoco hay iluminación. Ni una sola luz en el camino.
Horror! Así fue mi primer encuentro con Bolivia. Oscuro, saltón, con susto,
verdaderamente una ruta que jamás volvería hacer. La chica de Estados Unidos
que venía sentada al lado mío no soltaba las manos de los respaldos. Yo no
dormí en toda la noche y me di cuenta que pasajeros bolivianos ni se inmutaban
con el mover del bus. Mientras oraba por mi vida podía divisar las
siluetas de los cerros al lado del bus, podía casi tocarlos y a momentos
pensaba que nos íbamos a volcar porque la ruta es muy muy angosta y el bus se
ladeaba bastante. No, no recomiendo este viaje en bus. Para nada. Bienvenidos a
Bolivia.

Uyuni
La llegada a Uyuni fue heladísima. El bus del infierno arribó a las 4
de la mañana al pueblo, el chofer permitió a los pasajeros sin hospedaje
reservado de ante mano quedarnos en el bus hasta las 8am para luego
así buscar alojamiento etc. Desde esa hora hasta las 8.30 am cuando
nos abrieron la puerta del bus para ya irnos no pegué un ojo tampoco!
Primeramente porque el chofer y el auxiliar se pusieron a tomar cerezas en la
parte delantera del bus, escuchando cumbias criollas bolivianas y luego porque
el frío era tan grande que no me dejo dormir. Mis dedos de los pies estaban
congelados, mis piernas aturdidas con el hielo que entraba por las rendijas de
las orillas del suelo. El hielo calaba mis huesos. Aun me mantenía en
movimiento pero ahora tiritaba de frío. Cuando empezamos a bajar me di
cuenta que el bus estaba lleno de polvo, sucio con basura, además de
deteriorado había una olor que luego formaría parte del aroma natural de
Bolivia.

Hice un tour de tres días por los alrededores de Uyuni. Fueron
verdaderamente unos días espectaculares. El tour que te ofrecen incluye
alojamiento, comida, un guía e información sobre los lugares que uno visita.
Viajé con un grupo que al final se convirtieron en amigos. Los chicos eran:
Nazareno y Magalí de Argentina, Max de Francia, Albert y Raphael de Alemania.
La pasamos muy bien, reímos, jugamos cartas y aprendimos bastante de cada
uno.


Los lugares y paisajes que son parte del tour son principalmente
bellísimos, intrigantes, varían muchísimo entre ellos, honestamente
seductores.
El salar de Uyuni es el más grande de todo el mundo. Es un desierto blanco,
inmaculado, puro e impactante. Es como que estas en el cielo. Te sientes así.
Sientes que puedes subirte a las nubes y tocar a Dios. Es impresionante darse
cuenta que casi 40.000 años atrás era un lago, hay aun islas y orillas, como
entradas de mar que puedes divisar. Es tan interesante sentir que tocas y
caminas de alguna forma en el fondo de un lago que ahora se ha convertido solo
en sal.


Como ya les conté, durante los tres días del tour tienes la oportunidad de
recorrer y ver muchísimo. Paramos en lagunas de todo tipo: la Colorada, la
Laguna Verde, la Laguna Blanca y por último la Laguna Hedionda. Todas las
lagunas contienen distintos tipos de minerales que las hacen ser únicas. Por
ejemplo la Laguna Hedionda contiene azufre, la Colorada contiene
microorganismos o pigmentos que salen de algún tipo de alga que crece en el
agua los cuales son de color rojo y hacen que el agua también tome ese color.
La Laguna Verde contiene magnesio, carbonato de calcio, plomo y arsénico
y estos elementos crean el color verde en la laguna, verdaderamente grandioso! Lo más lindo es que en tres de estas lagunas puedes ver de muy cerca
flamencos andinos de distintas partes del sur de América. Hay flamencos
chilenos, bolivianos y peruanos, cada uno posee algo característico de su zona.
Max el chico de Francia que viajó con nosotros podía distinguirlos a cada uno!
Sabía cuáles eran de donde y porque. Cool!
Laguna Verde


Laguna Colorada



laguna Blanca

Laguna Hedioda


Pasamos por desiertos adornados de la hermosa Cordillera de los Andes la
cual es siempre distinguida, elegante y bella. Recorrimos caminos rocosos y
plantaciones de quínoa, nos metimos en agua termales y estuvimos en géiseres
ardiendo. Vimos llamas, vicuñas y cóndores los cuales, nos dijeron, fuimos muy
afortunados de ver. Salimos a pasear en los cerros nevados y disfrutamos de la
compañía y la música en el jeep. Fue lindo. Momentos cálidos y otros helados.
Hubo silencio y muchas risas. Fuimos verdaderamente complacidos por la
naturaleza andina. Nos tomo, nos beso y nos dejo ir llenos de cariño por
ella.



Potosì


Desde ahí el grupo casi entero nos movimos a Potosí (sólo faltó Raphael
quien tenía otros planes)
Potosí es una ciudad tierna, acogedora y colonial. Tiene unas callejuelas
delgadísimas y unos edificios coloniales muy lindos. En Potosí visité también
El Cerro Rico donde están las minas de Plata y Zinc. Hay más de 240 entradas a
la mina. Cada entrada tiene entre 14 a
16 niveles de profundidad. Es un trabajo como muchos ya saben lleno de peligros
y en condiciones precarias y denigrantes. Los hombres que trabajan en la mina
entran a los 15-16 años y normales no pasan los 35 años de vida. Es impactante
escucharles y verles trabajar.


El trabajo es muy duro, sus historias impactantes, el trabajo peligroso y las condiciones precarias. Gracias por mostrarnos su lado de la moneda, gracias por permitirnos conocerles y por la oportunidad de saber de ustedes. Un paseo súper interesante, lleno de verdad
Sucre

Sucre cuidad
blanca. Sucre the White City. I spent a few very relaxing days in Sucre. I got
up late which was good for a change and got to do lots of walking as well. Love discovering new places, new food, meeting new people.
In Sucre I
met this cool french girl called Lucy. She lived in Chile for about 4 months
and was in love with the country, culture and especially Chilean guys. She was
traveling alone as well. It was funny because we first met in our last stop of
the Uyuni tour, she took a picture of us. this picture
Then we saw
her again in Potosi in our mine tour. We did the same expedition. She took this
picture of us.


this is Lucy
After that I was having a cup of tea in the hostel in Sucre and
suddenly she appears in the kitchen! Three cities, three different places, what
are the odds? All the days I was in Sucre I hung out with her. We went to the
markets, had meals together, walked around the city and did some
exercise.
She had
decided to go to Samaipata in the east part of Bolivia. Other French girls that
were staying in the hostel had organized a trip to the same place to be part of
a hippie camp so Lucy thought it was a good idea to join them and convinced me
to do so. We
left on March 30th and I spent the night of my birthday on the bus with these
girls. Lucy and I took one sleeping pill each… a bit of a mistake.The bus left us in our destination at 4am. The town did not have a
terminal so we had to wait at the edge of the road until it was clear to walk
to town. And so we went to sleep again, on the road! I must confess that I had never slept
on the side of a busy road like that before and it was a complete new thing for
me. It was cold, a bit windy and started to rain only a few minutes after
we arrived. We had our bags on the floor and covered each other with whatever
we could find. I had two running pans on, plus a pair of jeans, as well as two
jackets and my towel on top. I was freezing but I only wanted to sleep! I could not keep my eyes open. As
I write this today I can't still believe I slept for a couple of hours on the
side of a highway while it was raining on my 30th birthday! A whole new way of
spending a big one like that.
Around 6:30am as
we were getting ready to walk to the centre, Lucy takes a block of dark
chocolate from her bag and gives it to me. She had prepared this little
surprise along with one other Asian girl she convinced to come along with us.
It was my birthday present in Samaipata, Bolivia. Thank you Lucy! My one
and only yummy present.
I'd like to
add a small parenthesis here and tell you quickly about the Asian girl I just
mentioned before. This poor girl got totally robbed in La Paz. Some women
pushed her and her friend into a cab and took them to the outskirts of the city, grabbed all her stuff, backpack, handbag, cameras, tablets, clothes, everything and left
her there with nothing. The taxi driver which was part of the gang met two other guys which joined
them and together stole from the girls. She said they
had knives and threaten her badly. She was left with nothing! Also one of thieves
made sure she said she was from Chile and according to this Asian girl, she
said it many many times for her to know exactly where they were from... I'll probably
touch on this point later but Bolivians really don't like Chileans. They express a sort of coldness when they know you are from next door. After
what happened these asian girls walked to town and got people to give them clothes,
shoes, pay for accommodation and food. It was so upsetting, scary and
mortifying for me when she told me. I felt so vulnerable and afraid. Might God
protect us!
In Samaipata
something strange occurred to me. I felt I had to go. I suddenly did not want
to there. It was 10 am and I decided to leave and not look back. Lucy
was a bit confused but I couldn't explain it myself. They dropped me off at the
same place we had slept a few hours before and I left alone. I only spent like
5 hours in Samaipata. What I saw was beautiful. Green, lots of mountains and vegetation…
I haven't seen Lucy since then. She is also going to Cuzco so I might see her
there, you never know.
Desde Samaipata viajé una hora a un pueblito para tomar un bus hasta
Cochabamba. Busque la plaza más cercana y dormite un poco nuevamente, era
pasado el medio día y aun el efecto del somnífero no se me quitaba.
Mi cumple lo pase sentada en un bus por más de 25 horas. Estaba agotada,
con mis típicos dolores de abuela, de mal humor y casi odiado Bolivia. Creo que
me faltaba dormir bien. Empecé a detestar mi estadía en el país... Justo
para mi cumpleaños. Lo pasé pésimo. Primeramente para que entiendan mi mala
onda, tenía a un hombre que olía súper mal a mi lado, sucio y además masticando
coca lo que olía aun más horrible. Y si esto suena muy prejuicioso, lo siento
verdaderamente. El mal humor, la falta de sueño y el andar sola justo ese
preciso día me hicieron tener poca tolerancia. Bueno, pedí que me cambiaran el
asiento y me sentaron al lado de una señora súper gorda que ocupaba un cuarto
de mi asiento. Si lo sé, estoy siendo mala pero es la verdad. La mujer no paró
de tirarse pedos hediondísimos toda la noche! Esa no fue la peor parte. Lo peor
fue que empezó a llover y no se van a imaginar lo que pasó? El bus se goteaba
justo donde yo estaba sentada. Fue verdaderamente horrible. La peor celebración
de cumpleaños nunca antes vista. No quería estar ahí, oliendo a podrido,
mojándome, pasando frío, mal humorada, renegando, incomoda y más aun sin
espacio para moverme y preocupada que alguien me robara. Lo pasé súper mal. Me
sentía sola, incomoda, triste. Traté de acordarme de lo bueno. Agradecer por
las cosas lindas. Por la música que podía escuchar. Por el viaje. Por esta
oportunidad. Me dije que celebraría todos los días de este año como mi
cumpleaños. Pero cada vez que intentaba callar mi mente y mirar lo positivo,
alguien se tiraba un pedo hediondísimo y me enojaba nuevamente! Había una
mezcla de olor a coca, pedos, polvo... Una noche más sin dormir. Llegué a
Cochabamba a las 4 am de la mañana. El chofer nos permitió quedarnos
en el bus hasta las 6.
Desde ahí tomé otro bus enseguida hacia La Paz. Por lo poco que vi de
Cochabamba no me gusto, no creo que me perdí de mucho. Solo quería llegar a La
Paz y descansar.
Que rico fue acostarse en una cama, más que sea vieja, después de un viaje
así como el que me pegué, esa cama hundida en el medio era lo más lujoso que
podía tener. Llegué al hostal y supe que tendría un cierto grado de
estabilidad por los siguientes 4 días. Que rico es tirarse un pedo en la
privacidad de un baño! O comerse una rica sopa de verduras cuando estas cansada y no puedes mas.

La Paz

Estuve 4 días en La Paz. Recorrí la ciudad, describí
sus rincones coloridos. Me metí en el mercado de brujas donde puedes encontrar
llamas defecadas y otro tipo de amuletos y objetos para la buena suerte. Fui a
la feria de 16 de julio que es como una feria de las pulgas que cubre más o
menos un kilómetro de gente vendiendo objetos usados, robados, nuevos y mulas
(de marcas chantas/falsas). Desde ahí se puede tomar el teleférico por sólo
tres bolivianos y llegar a la ciudad para seguir descubriendo sus rincones
atractivos.

El punto más importante para mí de mi estadía en La Paz fue mi
experiencia con la Carretera de la Muerte. El bajar por esta ruta a una altura
que empieza a los 4700 metros a más de 15 kilómetros por hora fue lo más genial
que hice en Bolivia. Bajé en la bici por la Ruta de la Muerte y sobreviví!
54 kilómetros de pura adrenalina. Paisajes místicos, mágicos, montañas
diseñadas a la perfección. Selva verde, viva, orgánica, suculenta, ostentosa,
imponente. Debo admitir que al bajar a tanta velocidad por pasajes
estrechos, con el corazón latiendo a cien no tienes mucho tiempo para admirar
el paisaje. Pero yo soy un poco rebelde y me negué a pasar así como así por un
lugar tan bello y misterioso como ese. Mientras manejaba mi bicicleta en bajada
por el camino de tierra y piedras, trataba de observar la naturaleza, admirar
la belleza natural de las montañas llenas de bruma, respiraba el aire puro del
lugar mientras que me impregnada de su esencia y fuerza. Fue verdaderamente
maravilloso. Mientras manejaba la bici cruzaba por ríos y pequeñas cascadas que
caen a la carretera que te empapan, te cubren y te llenan, te das cuenta cuan
pequeño eres en este mundo frente a tanta magnitud. Ahí te das cuenta. Habían
momentos en que no podía controlar mi euforia y gritaba de puro gozo y alegría
por las montañas desiertas de civilización me deslumbraba con la aves, las montañas
llenas de niebla y la selva estaba testigo. Qué regalo más lindo de la vida.
Qué buenísimo que ha sido Dios conmigo, cuan agradecida que estoy con él.
Es increíble pensar que esa precisa ruta tan delgada,
estrecha y vulnerable a momentos, pudo haber sido usada como una carretera de
DOBLE VÍA! Cómo pudieron dos camiones por ejemplo manejarse de tal forma que
podían desafiar así al camino. Una ruta de doble vía que impresiona, la que aun
esta en uso para algunas personas locales que viven en los alrededores de la
zona, aunque ahora se usa principalmente para el turismo aventura.
Ya en la van que nos llevaba a nuestros hospedajes
agradecí. Me sentía satisfecha, contenta, no sé, tranquila, en paz con mi
vida. Con lo que había elegido, con lo que se me había dado. Me sentía
emocionada, con ganas de sonreír pero también de llorar. Lloré. Le di mil
gracias a Dios por el placer de ese preciso y precioso día. Le dije cuanto lo
amaba y le agradecía. Estuve en la bicicleta a centímetros de precipicios
y a pasos de la muerte pero tan viva a la vez. Tan alegre. Tan mí.




En el hostal de la Paz conocí a Felipe, un chico chileno que me atendió
muy bien, me hizo sentir en casa, dio la mano… ciegos. Gracias man! Disfrute mucho de tu compañía.
Los chileno son bakanes, cariñosos, amables, de
sangre, de corazón. conexiones inolvidables.
Felipe el chico en la chaleca de lana.
Isla del Sol, Lago Titikaka


La isla fue una linda conmigo y me la recorrí toda.
Antes de llegar a la isla, mientras esperaba por el ferry, vi
una impresionante pelea mano a mano. Un hombre desfiguro a otros dos solo a
combos. Nunca vi a un hombre pegar puñetazos tan duros y tan rápidos antes. Una
bestia. Un ser de otro planeta. Un Inca… por qué peleaban, no sé.
Me quede 4 días en la isla. El tercer día de mi estadía camine
9,6 km por 4,6 km de ancho (medidas de la isla)
me tomo unas 6 horas las que fueron maravillosas y también tormentosas por la
muchas subidas y la altura que por si te acompaña. La isla del Sol es la isla
más grande que se encuentra en el lago Titikaka.
Aquí conocí a una pareja Kiwi… no sé qué onda pero no hubo conexión…
no había espacio, no. Estuvimos casi dos días compartiendo, caminando,
comiendo. Aun así.
En mi ultimo día me encontré a Lucy nuevamente... fue genial verla ella se iba a la Isla del Sol y yo cruzaba a Puno en el Perú.




Cosas que me quedan
Las mujeres en Bolivia parecen hacer mucho. Caminan largos
tramos con pesados bultos en la espalda, cosechan y pican la tierra en forma tradicional
y artesanal para la provisión de sus familias, trabajan agachadas, sentadas en
las soleras vendiendo cualquier cosita, viven con poco… sonríen menos.
Hay mucha contaminación en Bolivia no solo ambiental pero también
acústica. Los bocinazos son insoportables y verdaderamente inútiles.
Sentí discriminación. El ser chilena en Bolivia hace que reluzcan
resentimientos, frustraciones… pena de parte de los bolivianos...



Chao Bolivia 